Trufa de verano

Una trufa muy apreciada en la gastronomía

Trufa de verano   Honza

La trufa de verano (Tuber aestivum), aunque no es tan famosa como su pariente la trufa negra, (Tuber melanosporum), también posee un sabor y aroma característicos que la convierten en un ingrediente apreciado en la gastronomía.

La trufa de verano es una variedad de trufa que se encuentra en Europa entre mayo y septiembre, alcanzando en julio y agosto su punto de maduración optima.

Esta trufa se caracteriza por su exterior de color oscuro, de aspecto rugoso, con numerosas verrugas con forma piramidal. Que contrastan con su interior, de color de crema a marrón claro, dependiendo de su estado de maduración, y con vetas blancas.

La trufa de verano se puede emplear como ingrediente clave en gran variedad de platos, se utiliza principalmente rallada o cortada en láminas finas para realzar el sabor en ensaladas, pastas, huevos y carnes. También es común encontrarla en salsas y aceites.

Las conservas de trufa son una forma práctica de disfrutar del delicioso sabor y aroma en cualquier momento. Estas conservas se elaboran utilizando trufas enteras, laminadas o en brisuras, y se preservan en aceite o al natural, para mantener su frescura y sabor.

La trufa de verano es una opción más asequible, en comparación con otras variedades de trufas, lo que la hace más accesible para aquellos que desean experimentar con su sabor único, iniciándose en el fascinante mundo de las trufas.